domingo, 22 de junio de 2008

Liderazgo situacional

Liderazgo situacional. Modelo de Kenneth Blanchard

En todos los equipos de trabajo se producen cambios debido a las distintas fases de desarrollo por las que atraviesan los miembros del grupo. Por ello, el estilo de liderazgo más eficaz es aquel que se adapta a los colaboradores en cada situación, es decir, ejerce un liderazgo adecuado a las necesidades del equipo.
El liderazgo situacional se basa en mantener un equilibrio entre dos tipos de comportamiento que ejerce un líder para adaptarse al nivel de desarrollo de su equipo de trabajo.
Tipos de comportamiento de un líder
• Comportamiento directivo.
– Define las funciones y tareas de los subordinados.
– Señala qué, cómo y cuándo deben realizarlas.
– Controla los resultados.
• Comportamiento de apoyo.
– Centrado en el desarrollo del grupo.
– Fomenta la participación en la toma de decisiones.
– Da cohesión, apoya y motiva al grupo.
El líder puede utilizar los dos tipos de comportamiento en mayor o menor medida dando como resultado cuatro estilos de liderazgo:

GRÁFICO 4. ESTILOS DE LIDERAZGO



• Estilo control. Se caracteriza por un alto nivel de comportamiento directivo y un bajo nivel de comportamiento de apoyo.
• Estilo supervisión. Caracterizado por altos niveles de comportamiento directivo y de apoyo y reconoce los avances y mejoras en el rendimiento.
• Estilo asesoramiento. Mantiene un nivel alto de comportamiento de apoyo y bajo en
comportamiento directivo. Las decisiones las toma conjuntamente con los colaboradores. Refuerza y apoya.
• Estilo delegación. Bajos niveles en ambos comportamientos debido a que delega la toma de decisiones en sus colaboradores.
• Cada uno de los estilos de liderazgo se adapta a los distintos niveles de desarrollo por los que pasa un equipo:
• Nivel de desarrollo 1: el líder controla. Es el que determina las metas y tareas asequibles y realistas, ya que los miembros del grupo tienen un elevado nivel de motivación pero su nivel de competencia es bajo y no tienen suficientes conocimientos y experiencia. En este sentido el líder tiene que planear cómo se pueden adquirir habilidades necesarias para la realización de las tareas.
• Nivel de desarrollo 2: el líder supervisa. Incrementa su ayuda a los miembros del equipo para que desarrollen los conocimientos y habilidades relacionadas con sus funciones, redefine las metas, se mantiene receptivo para reconocer las dificultades y anima a establecer relaciones de participación y cohesión. Los miembros del grupo tienen niveles bajos de competencia y su motivación varía como consecuencia de las dificultades, por todo ello es fundamental el apoyo del líder.
• Nivel de desarrollo 3: el líder asesora. Concede mayor importancia a los esfuerzos y rendimiento de los miembros del grupo, produce un ascenso en sus niveles de competencia. El líder va cediendo el control sobre las decisiones y fomenta la participación y la responsabilidad entre los miembros. Éstos han conseguido una mayor adaptación a las situaciones y una adecuada integración.
• Nivel de desarrollo 4: el líder delega. Estimula y apoya el funcionamiento autónomo del grupo. Los miembros han logrado incrementar sus niveles de rendimiento como consecuencia del dominio de las habilidades y conocimientos necesarios para su trabajo. La experiencia y confianza eleva sus sentimientos de competencia y orgullo de pertenencia al grupo.
Aplicación del liderazgo situacional al departamento comercial y atención al cliente
Es esencial determinar en primer lugar el nivel de desarrollo de los miembros que conforman el
departamento para elegir el estilo de dirección idóneo. La medida inicial consiste en realizar un buen diagnóstico. Los pasos a seguir son:
• Identificar funciones y actividades concretas.
• Determinar las habilidades y conocimientos necesarios para realizar las tareas.
• Evaluar el nivel de competencia de los colaboradores respecto a las habilidades y conocimientos.
• Evaluar el nivel de motivación y auto confianza de las personas respecto a cada función.
• Diagnosticar el nivel de desarrollo en función del nivel de competencia y dedicación para decidir finalmente el estilo de liderazgo adecuado.
Tomando como base un buen diagnóstico, la flexibilidad del líder es fundamental para aplicar los tipos de comportamiento (directivo y de apoyo) con mayor o menor intensidad en la elección de un estilo determinado de liderazgo.
Al comienzo de la implantación del departamento, el líder adoptará el estilo de control para ir progresivamente reduciendo la cantidad de dirección y aumentando la cantidad de apoyo, hasta elevar el nivel de implicación de los colaboradores en la toma de decisiones cuando ya los miembros han conseguido una buena integración y experiencia y el propio departamento se ha consolidado.
Les recomiendo el libro de comportamiento organizacional, de Eduardo Amoros que se puede bajar desde este link:

viernes, 30 de mayo de 2008

Depreciación:

Que es depreciación?

La depreciación es un reconocimiento racional y sistemático del costo de los bienes, distribuido durante su vida útil estimada, con el fin de obtener los recursos necesarios para la reposición de los bienes, de manera que se conserve la capacidad operativa o productiva del ente público. Su distribución debe hacerse empleando los criterios de tiempo y productividad, mediante uno de los siguientes métodos: línea recta, suma de los dígitos de los años, saldos decrecientes, número de unidades producidas o número de horas de funcionamiento, o cualquier otro de reconocido valor técnico, que debe revelarse en las notas a los estados contables.

DEPRECIACION CONTABLE:

Con excepción de los terrenos, la mayoría de los activos fijos tienen una vida útil limitada ya sea por el desgaste resultante del uso, el deterioro físico causado por terremotos, incendios y otros siniestros, la pérdida de utilidad comparativa respecto de nuevos equipos y procesos o el agotamiento de su contenido. La disminución de su valor, causada por los factores antes mencionados, se carga a un gasto llamado depreciación.
La depreciación indica el monto del costo o gasto, que corresponde a cada periodo fiscal. Se distribuye el costo total del activo a lo largo de su vida útil al asignar una parte del costo del activo a cada periodo fiscal.
El cómputo de la depreciación de un período debe ser coherente con el criterio utilizado para el bien depreciado, es decir, si este se incorpora al costo y nunca es revaluado, la depreciación se calcula sobre el costo original de adquisición, mientras que si existieron revalúos, debe computarse sobre los valores revaluados. Este cálculo deberá realizarse cada vez que se incorpore un bien ó mejora con el fin de establecer el nuevo importe a depreciar.
Por otro lado, debe considerarse el valor residual final ó valor recuperable que será el que tendrá el bien cuando se discontinúe su empleo y se calcula deduciendo del precio de venta los gastos necesarios para su venta, incluyendo los costos de desinstalación y desmantelamiento, si estos fueran necesarios.
Importe original + Revalúos efectuados - Valor recuperable = Importe a depreciar
Para calcular la depreciación imputable a cada período, debe conocerse:
o Costo del bien, incluyendo los costos necesarios para su adquisición.
o Vida útil del activo que deberá ser estimada técnicamente en función de las características del bien, el uso que le dará, la política de mantenimiento del ente, la existencia de mercados tecnológicos que provoquen su obsolencia, etc.
o Valor residual final.
o Método de depreciación a utilizar para distribuir su costo a través de los períodos contables.
Métodos de depreciación
Se han desarrollado varios métodos para estimar el gasto por depreciación de los activos fijos tangibles. Los cuatro métodos de depreciación más utilizados son:
o El de la línea recta.
o El de unidades producidas.
o El de la suma de los dígitos de los años.
o El del doble saldo decreciente.
La depreciación de un año varía de acuerdo con el método seleccionado pero la depreciación total a lo largo de la vida útil del activo no puede ir más allá del valor de recuperación. Algunos métodos de depreciación dan como resultado un gasto mayor en los primeros años de vida del activo, lo cual repercute en las utilidades netas del periodo. Por tanto, el contador debe evaluar con cuidado todos los factores, antes de seleccionar un método para depreciar los activos fijos

miércoles, 12 de marzo de 2008

Algunos métodos para el análisis económico

Cátedra Economía:
Asignación los estudiantes deben entender la siguiente introducción a algunos métodos de investigación en economía, dando nuevos aportes teóricos desde el punto de vista de autores de la ciencia económica, para acceder a la ampliación de los conceptos subrayados (como definición de los conceptos) debe teclear las teclas CTRL(teclado)+CLICK(Mouse) de manera simultanea y se activará el link de la página relevante donde hay alguna información respecto al tópico subrayado.

Ejemplo
análisis cuantitativo. Al apretar ctrl.+ clic se activará el link

http://www2.uiah.fi/projects/metodi/280.htm


Métodos de investigación
Una economía sana es vital para la operación continua de cualquier negocio, y la mayoría de la investigación económica se hace de hecho dentro de las empresas. La investigación interior tiene la ventaja del acceso fácil a las figuras exactas acerca de la producción reciente, y éstas (costes por unidad, por ejemplo) se pueden utilizar para los cálculos sobre la producción futura, también. Estas figuras se pueden tomar a menudo directamente de las cuentas de la empresa si éstas son bastante detalladas.

En estudios económicos el estilo cuantitativo es predominante aunque no imprescindible. Abre la posibilidad de utilizar los métodos poderosos de análisis cuantitativo. Los estudios cuantitativos tienen su origen y explicacion en la vision positivista de la ciencia, tomemos un elemento clásico de análisis.

Los costos, por supuesto, se miden siempre en el dinero que es una variable típica de la escala de proporción.

Las ventajas no son tan fáciles medir, porque materializan al lado de los clientes que son generalmente dispersados y difíciles de alcanzar. Una posibilidad es examinar los precios de productos comparables en el mercado y asumir que personas, generalmente, obtienen tanta ventaja de cualquier producto como ellos están dispuestos a pagar por lo. Este método no es exacto, pero su ventaja es medida fácil en unidades monetarias.
Otra alternativa más laborioso es utilizar el método interrogativo y preguntar a los clientes o reales o potenciales qué clase de producto requieren, qué harían con ella y cuánto estarían dispuestos a pagar por lo.
Los métodos del análisis se seleccionan generalmente entre las herramientas cuantitativas del análisis, que necesita que no solamente los precios pero (si es posible) todas las ventajas, los efectos secundarios y otros factores significativos se hayan medido como variables monetarios o con alguna otra escala conveniente, preferiblemente aritmética. Cuando es necesaria, esta escala puede incluso ser una fabricación teórica del investigador como "medida de la utilidad" etc.
Al optimizar un producto nuevo usted deseará a menudo comparar dos variables: ventajas a costes, o ingresos a desembolsos, o la cantidad producida a las horas gastadas etc. Se debe descubrir el óptimo entre éstos, que quizás también depende de varios otros factores (parámetros). Los métodos matemáticos para tales análisis incluyen, entre otros, análisis de la correlación y de la regresión, y especialmente el análisis de coste-ventajas que se explica abajo.
Análisis de coste-ventajas
El análisis de coste-ventajas, que también lleva el nombre de ingeniería del valor, es un método para la recapitulación de todos los valores de utilidad importantes en una serie de propuesta de productos (o entre cualesquiera otras alternativas) y encontrar su valor óptimo, junto con el coste, precio u otras aportaciones asociadas con cada alternativa.
El análisis de coste-ventajas es claramente una herramienta cuantitativa, y precisa la medición de todos los componentes que han de ser analizados. El análisis se lleva a cabo en pasos definidos y lógicos:
1. Antes de que podamos comenzar el análisis tenemos que crear las escales de valor de utilidad para cada uno de los atributos que se tendrán en cuenta.
2. Además, necesitaremos la escala de pesos de todos los atributos importantes del producto. Sobre la base de estos podremos hacer una tabulación cruzada de todas las alternativas de propuestas de productos y todos los atributos que han de ser valorados.
Bajo cada producto se sitúan dos columnas: una para los valores de utilidad para cada atributo, y otra columna para su evaluación final que podemos obtener multiplicando el valor de utilidad por el peso del atributo.
3. El siguiente paso es añadir todas las evaluaciones para una propuesta de producto. En el ejemplo de abajo, las sumas aparecen (en cursivas) en las celdas rojas en la línea inferior. La mejor alternativa será aquella con la mayor suma. (No es aún necesariamente la alternativa más ventajosa, porque los precios y las aportaciones no se incluyen en esta fase.)



4. Si el análisis está hecho en la forma arriba descrita y solamente se tienen en cuenta los valores de utilidad, un paso final del análisis será, para cada alternativa, comparar su utilidad total (a partir de la línea inferior de la tabla mostrada arriba) con el precio (u otra aportación) de la misma alternativa. Esto se hace simplemente comparando las proporciones entre utilidad total y aportación a la producción. La proporción mayor indica la alternativa óptima.
Un método alternativo a lo que se acaba de mostrar es incluir en la tabla de análisis de valores una fila suplementaria donde se comparen las aportaciones que precisa la producción. Su peso total suele situarse en algún punto de una franja entre el 40% y 50%.

lunes, 21 de enero de 2008

América Latina y el Caribe: proyecciones 2006-2007

Este documento fue preparado en el Centro de Proyecciones Económicas, bajo la supervisión de Hubert Escaith, Director de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL. La coordinación técnica y la realización del estudio estuvo a cargo de André Hofman, Jefe del Centro de Proyecciones Económicas (CPE). Se agradece la ayuda de las oficinas nacionales, subregionales y de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.
Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Organización.
A partir de este año, el Centro de Proyecciones de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL, publica el Atlas del Crecimiento de América Latina y el Caribe (Última actualización: Julio 2006). Este nuevo producto, es una versión gráfica e interactiva del documento principal de las Proyecciones Económicas que facilitará el acceso a las proyecciones de crecimiento de cada país de la región en forma amigable e inmediata.
Resumen del documento:
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de los países de América Latina y el Caribe en el 2006 mostrará una variación de 4,6%, tasa ligeramente superior a la observada durante el 2005. Posibilitando con ello que el producto por habitante registre un aumento por encima del 3%, lo anterior debido a una dinámica de la demanda interna que se mantendrá; y a un sector externo que seguirá siendo impulsado por el dinamismo del intercambio comercial mundial, liderado por las economías asiáticas. Se proyecta una leve reducción en la tasa de crecimiento promedio de la región para el 2007, de aproximadamente medio punto porcentual, producto de la culminación de los procesos de recuperación de Argentina y Venezuela, principalmente.
Existirá relativa homogeneidad en las tasas de crecimiento en el 2006 de los países de América Latina, en un rango de entre 3 y 6%, con la excepción de Argentina y Venezuela que crecerán a tasas superiores del 6%. Al igual que en años anteriores, el Cono Sur y la Comunidad Andina son las regiones que muestran una mayor tasa de expansión, 6,9% y 5,7%, respectivamente.
Como ha venido sucediendo en los últimos años, se espera que el crecimiento de México y América Central durante el 2006 se ubique por debajo del crecimiento latinoamericano. Sin embargo, se reduce la brecha y se espera que la subregión crezca en torno al 3,6%.
Se estima que la tasa de inflación para América Latina y el Caribe será muy parecida a la de 2005, en el rango de 5% a 7%, debido a presiones de costo que se manifestarán con cierto rezago, asociadas a los precios de los energéticos.
Con respecto al déficit en cuenta corriente, se espera para el 2006 que se mantenga el superávit registrado en el 2005, aunque será menor por la recuperación de importaciones que seguirá asociada a la dinámica de la demanda interna.
En el contexto internacional, se proyecta que la tasa de crecimiento de EE.UU. sea levemente inferior a la del año pasado, mientras que en el caso de Japón y de Europa haya un incremento promedio mayor. Tal resultado provendrá de la aplicación de políticas macroeconómicas levemente más restrictivas en los EE.UU., junto al sostenido crecimiento de la demanda interna en China y también en Japón. Así mismo, lo peor del efecto contractivo del alto precio del petróleo en los niveles de actividad de la economía mundial se habría hecho sentir en el 2005. Las estimaciones de crecimiento de este año para los EE.UU. y Japón se sitúan en una tasa cercana a 3%, mientras que para la Unión Europea el crecimiento estará en el rango de 1,5 a 2%.
Sobre la base de lo anterior, existen fundadas expectativas de que se mantenga la positiva evolución de los términos de intercambio, en especial para los países exportadores de petróleo como para los países oferentes de minerales metálicos. Cabe mencionar, que en el caso de América Central y el Caribe, quienes en general son importadores de petróleo, se proyecta una evolución negativa de los términos de intercambio.

domingo, 20 de enero de 2008

Economía Venezolana. Caracterización

Este material aplica a la clase de economia de la UNEFA
CARACTERISTICAS DE LA ECONOMIA VENEZOLANA CON RESPECTO AL
ENTORNO DE AMERICA LATINA

El tamaño de la economía venezolana, de aproximadamente 135 mil millones de dólares en 2005, representa alrededor de un 5% del tamaño de la economía de América Latina y el Caribe (ALC), ésta con un PIB global de un poco más de 2 billones de dólares. La economía venezolana sólo está por detrás de México, cuyo PIB representa alrededor de 35% del PIB de ALC, de Brasil (30% del PIB de ALC) y de Argentina (7,5% del PIB de ALC), lo cual la sitúa junto con Chile y Colombia entre las seis economías de mayor tamaño de la región.
Venezuela es un país que hasta finales de los años setenta del siglo XX exhibió una entre mediana y alta tasa de crecimiento de su PIB. Si tomamos el período que comprende prácticamente todo el siglo XX (1900-96) comprobamos que la tasa anual de crecimiento de la economía venezolana se situó en alrededor de 5,9%, superior en casi dos puntos a la tasa registrada por las principales economías latinoamericanas (4,3%). Este relevante desempeño económico tuvo efectos positivos en la modernización del país, lo cual se reflejó en el incremento sostenido de: la tasa de urbanización, la dotación de infraestructura, en el mejoramiento de los indicadores de calidad de vida, como el incremento de la tasa de alfabetización, de la expectativa de vida y en el aumento del nivel de ingreso per cápita. Las tasas de crecimiento para diferentes periodos del Cuadro 1 corroboran lo dicho.
Este crecimiento consistente contrasta agudamente con lo que ha sido la evolución del PIB venezolano desde finales de la década de los setenta, caracterizado por su comportamiento irregular, signado por una alta volatilidad, lo cual refleja la pérdida de dinamismo económico y el agotamiento del modelo rentista petrolero sobre el que se ha sostenido la economía venezolana. Durante la llamada “década perdida” para América Latina (1980-1990) la tasa de crecimiento anual promedio del PIB venezolano fue negativa (-0,7%). Durante el quinquenio de 1990-1995 esta tasa experimentó un repunte de 2,8%, para luego volver a retroceder en el período 1995-2002 donde el PIB experimentó un crecimiento nulo (-0,1%) (Cuadro 2). Este errático desempeño representa la más alta volatilidad del crecimiento del PIB entre los países de la región. Venezuela exhibió una volatilidad de 5% durante el período 1981-1996, frente a 1,9% para el resto de Latinoamérica en el mismo período (Thorp, 1998) [1].
Cuadro 1. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos hasta 1981)


Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Cuadro 2. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos desde 1980)



Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Esta alta volatilidad en el desempeño del PIB está relacionada con la respuesta característica de los agentes ante los shocks externos, fundamentalmente los provocados en los términos de intercambio del petróleo. La conseja implícita en las recetas de los organismos multilaterales: financiar un shock transitorio, ajustarse a un shock permanente, no ha sido un modelo de política económica a seguir en Venezuela. Por esta razón, los necesarios ajustes del gasto ante la caída de los ingresos petroleros no se producen, éstos se han comportado de manera rígida a la baja, con el resultado de provocar los déficits fiscales que finalmente desembocan en devaluaciones y mayores tasas de inflación, fenómenos característicos de economías con alta volatilidad en el crecimiento de su PIB. Los booms de ingresos petroleros, por el contrario, han sido frecuentemente absorbidos como un ingreso permanente, posibilitando que se produzcan sobrevaluaciones recurrentes del tipo de cambio real, lo cual le ha restado competitividad a las exportaciones no petroleras y ha encarecido relativamente los bienes y servicios domésticos que no se comercializan internacionalmente. Por esta razón, la vinculación entre los efectos monetarios generados por los cambios en los ingresos petroleros y la economía real no necesariamente se han producido en la misma dirección. Como se colige del trabajo de Sáez (2006), aunque los precios petroleros han tenido efectos reales en la economía venezolana, los mecanismos de transmisión que actúan desde los términos de intercambio a la actividad económica han resultado relativamente complejos. Adicionalmente, este efecto perverso también se deja observar, como lo apunta Haussman (2006), en el hecho que, a contracorriente de lo que cabría esperar, la productividad por trabajador y el ingreso por habitante no aumentan significativamente en los periodos de auge. En la práctica, la recuperación económica de los tres últimos años se ha producido a la par de la continua caída relativa de la productividad laboral.
El período 1995-2002, con su tasa de crecimiento de -0,1% representa incluso una volatilidad más acentuada que para períodos previos; volatilidad que también se refleja en las tasas de crecimiento del PIB desde 1999 hasta el presente (Cuadro 3 y Gráfico 1). En lo que va del presente siglo, el PIB venezolano ha estado sometido a significativas fluctuaciones con fuertes caídas durante los años 2002 y 2003. A partir del año 2004 se observa una recuperación importante del producto, la cual se mantuvo durante 2005, apoyada fundamentalmente en el fuerte aumento del gasto público, amparado en la tendencia favorable que ha mostrado la evolución de los precios del petróleo y la positiva dinámica de la economía mundial, entre otras causas, por el importante crecimiento de economías emergentes como China y la India. De los aproximadamente 55.500 millones de dólares de exportaciones venezolanas en el 2005, cerca del 90% correspondieron a las exportaciones petroleras, lo cual no quiere decir que no se produjera también un incremento significativo de la actividad económica no petrolera privada, pero ésta se produjo sobre todo a partir de la utilización de la capacidad instalada que se mantenía ociosa, la cual ya ha alcanzado niveles cercanos al tope de la capacidad productiva. Todo indica que el crecimiento del PIB se mantendrá durante el año 2006, con estimaciones que oscilan entre 6,5 y 7,5%. Aunque un poco ralentizado con respecto al año anterior, este crecimiento seguirá la tendencia de depender fuertemente del incremento del gasto público corriente, aunque también se ha incrementado el componente de gasto público destinado a inversión.
Cuadro 3. Tasa de crecimiento del PIB 1999-2006. (A precios constantes de 1997)




Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)

Gráfico 1: Tasa anual de crecimiento del PIB 1999-2006
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006


El fluctuante desempeño del PIB venezolano durante el periodo 1995-2005 tiene varias causas de las cuales se mencionan tres relevantes:
1) Desde finales de los años ochenta la economía venezolana fue sometida a reformas mediante la implementación en 1989 de un programa de ajuste estructural. Este programa estaba alineado con las recomendaciones salidas del Consenso de Washington, involucrando entre otras medidas: liberación de los precios de los bienes y servicios, liberación del tipo de cambio, un programa de privatizaciones, una política de apertura comercial, reestructuración y modernización del sistema tributario y del sistema financiero. Sin embargo, la aceptabilidad de estas medidas como la estrategia adecuada dirigida a cambiar el modelo rentista petrolero no se correspondió con la instrumentación de políticas sociales efectivas, que paliaran sus previsibles efectos adversos, fundamentalmente sobre la población más pobre y, por ende, con menor capacidad para proteger sus ingresos reales. Con todo, programas como la apertura comercial significaron la posibilidad de lograr una mayor inserción internacional de los productos venezolanos, lo cual permitió dinamizar algunos sectores económicos privados, encontrando éstos nuevos mercados, reflejándose en el aumento sostenido de los flujos comerciales de bienes no petroleros, especialmente hacia Colombia y el resto de los países de la Comunidad Andina de Naciones.
2) Las políticas de ajuste no consiguieron anular la vulnerabilidad característica de la economía venezolana a los shocks externos, fundamentalmente los provocados por la caída de los ingresos petroleros. Las fluctuaciones del precio del petróleo de la segunda mitad de los años noventa demostraron una vez más la fuerte dependencia de la economía venezolana a éste. El desequilibrio entre gasto e ingreso se mantuvo dentro de un entorno signado por recurrentes sobrevaluaciones del tipo de cambio real, al utilizarse el anclaje cambiario como instrumento de control de la inflación, dificultando la inserción de la producción nacional no petrolera en los mercados internacionales. En este contexto, el programa de reformas sufrió reveses importantes, como la paralización del proceso de privatizaciones y el retraso en la implementación de las reformas en el sistema tributario y financiero, agravado en este último caso por la crisis bancaria del año 1994. Esta situación estuvo acompañada de la acentuación de la caída de la inversión doméstica, manifestada desde los años ochenta (Cuadro 4). En el caso de la inversión pública, su comportamiento fue relativamente estable durante las tres décadas previas a las reformas, situándose en torno a los diez puntos porcentuales con respecto al PIB. Pero, a partir de mediados de los noventa, la rigidez a la baja del gasto público en un escenario de menores ingresos se produjo en desmedro del gasto público en inversión, el cual experimentó, en términos reales, mermas significativas, sobre todo en sectores como infraestructura, la educación y la salud. Paradójicamente el ahorro bruto total, expresado como porcentaje del PIB, se ha situado de manera consistente por arriba de los requerimientos de inversión, lo cual explica, en parte, las recurrentes “fugas de capitales” características de la economía venezolana de las últimas dos décadas del siglo XX.
Cuadro 4. Ahorro privado e inversión privada (en % del PIB) Varios periodos.


Fuente: Velásquez (2001)
La caída de la inversión privada se reflejó, entre otros aspectos negativos, en un alto nivel de obsolescencia de las maquinarias y equipos utilizados (Baptista, 2000). Así, cuando se compara a Venezuela con Estados Unidos y Chile se tiene que la edad promedio en años de los equipos y máquinas utilizados para la producción en 1980 era de 5,35 y 5,95 años para estos países respectivamente, mientras que para Venezuela dicha cifra era de 4,89 años. Por el contrario, para 1999 la situación se había revertido; mientras el equipamiento norteamericano y chileno se reponía a tasas promedio de 5,01 y 4,54 años respectivamente, la edad promedio de los equipos y maquinarias en Venezuela representaba 8,19 años (Cuadro 5). No es de extrañar entonces que se haya producido igualmente una merma significativa en la productividad por trabajador del sector formal, agravado con la baja productividad exhibida por el empleo informal, en continuo ascenso desde comienzos de los años noventa.
Cuadro 5. Edad promedio en años de los equipos y maquinarias(Sector Privado de la economía)



Fuente: Baptista (2000)
Desde mediados de los años noventa se corrobora que el comportamiento de la inversión ha sido más errático que el del producto, la cual es de tres a cuatro veces superior a éste (Sáez, 2006). El Cuadro 6 presenta la variación porcentual anual de la inversión total desglosada en privada y pública, observándose la alta volatilidad de ambos componentes de la inversión. El Gráfico 2 muestra la relación entre el desempeño del producto, la inversión privada y la inversión pública para el período 1996-2002 a precios constantes de 1984. Efectivamente, la inversión tanto la privada como la pública han tenido un comportamiento más errático que el producto desde 1996. Ambas variables de inversión se relacionan, en el sentido que, dada la irreversibilidad de una parte de la inversión privada, que en Venezuela según Velásquez (2001) correspondería a aproximadamente un 50% de ésta, la incertidumbre asociada a la cuestión del financiamiento del gobierno alienta su comportamiento volátil.
Cuadro 6. Variación de la inversión total, privada y pública 1996-2002. A precios constantes de Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
Gráfico 2. Variación del PIB, la inversión privada y la inversión pública 1996-2002. A precios constantes de 1984

Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
3) Los primeros años de este siglo reflejan hasta ahora a una economía venezolana más dependiente del comportamiento del ingreso petrolero y, secundariamente, de la efectividad de la recaudación fiscal. La recuperación de la tasa de inversión, tal y como se observa en el Cuadro 6, sin discriminarla entre su componente público y privado, ha acusado el impacto de una mayor dinámica económica. Este escenario no ha implicado a priori el desplazamiento de inversión privada por inversión pública, pero tampoco se ha producido un proceso de efectiva retroalimentación entre ambos componentes de inversión, lo cual impulsaría aún más el crecimiento del producto. A pesar de la aparente existencia de un clima institucional desfavorable para la inversión privada doméstica, el aumento sostenido del consumo privado es un buen indicador de un entorno propicio para la realización de inversiones privadas. En efecto, esta es una variable que se comporta de manera procíclica, exhibiendo una dinámica de respuesta frente a la expansión económica de varios puntos porcentuales por encima de ésta, tal y como se observa en el Gráfico 3 para el período 1999-2005 [2].
Cuadro 6. Inversión como porcentaje del PIB 1999-2005A precios constantes de 1997


Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/). Cálculos propios.

Gráfico 3. Variación porcentual del Consumo privado y del PIB 1999-2005A precios constantes de 1997

Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
Las expectativas para los próximos años parecen indicar que Venezuela se encamina hacia una economía más regulada en el nivel de las tasas de interés y el tipo de cambio, junto a un sistema de precios administrados para los rubros más sensibles en su impacto sobre la tasa de inflación. Aunado a ello, existe la percepción entre los inversionistas extranjeros que el clima para realizar inversiones en Venezuela está fuertemente influido por medidas de carácter unilateral que reflejan inseguridad jurídica y exceso de regulaciones para realizar dichas inversiones. Hay que tomar en cuenta, además, que la capacidad de absorción de gasto de la economía venezolana es limitada, por lo cual las presiones inflacionarias se convierten en una variable recurrente en épocas de boom de ingresos petroleros. La coordinación de política macroeconómica dirigida a sostener el necesario equilibrio fiscal y monetario se seguirá enfrentando al dilema de evitar la sobrevaluación del tipo de cambio real, que introduce un sesgo anticompetitivo a las mercancías exportables por la industria venezolana y encarece relativamente los bienes no transables, generando una matriz propicia para que se presente una espiral de alza de precios y salarios en desmedro del aumento del ingreso real.
En estos términos, la política económica del actual gobierno, a pesar que parte de postulados diferentes sobre el tipo de sistema económico que se persigue, fundamentado en una distribución más equitativa de las oportunidades y del ingreso, parece responder en cuanto a su acción sobre la actividad económica a orientaciones cuyos resultados fueron característicos de los obtenidos por gobiernos de las tres últimas décadas del siglo XX. Por esta razón, se estaría frente a un escenario similar a lo ocurrido en las décadas de los setenta, ochenta y noventa respecto a los cambios en el crecimiento del producto, la evolución del tipo de cambio real y la inflación, los cuales revelan un patrón característico donde las autoridades no tienen un compromiso con una estrategia de mediano plazo. De allí que, según Velásquez (2001), no resulte infrecuente una política permisiva de la sobrevaluación del tipo de cambio por períodos muy largos, lo cual prefigura un escenario donde en algún momento sobrevendrá, inevitablemente, una gran crisis, una gran devaluación y un doloroso y complejo proceso de ajuste.
Ahora bien, para que se vuelva a cumplir este escenario recurrente de la economía venezolana, la prospectiva para los precios del petróleo en los próximos años tendrá que reducirse sustancialmente a la baja. De ocurrir lo contrario y mantenerse el actual nivel de precios, aún bajo un escenario de producción petrolera por debajo del tope establecido para Venezuela por la OPEP, el margen de maniobra para lograr sostenibilidad fiscal del gobierno probablemente seguirá siendo amplio. En principio la medida de adoptar un régimen de control del tipo de cambio desde el año 2003, dificultando la salida masiva de capitales, no ha estado reñida con el compromiso de corregir periódicamente su sobre valuación. Por otra parte, el incremento sostenido de las reservas internacionales, aunado al férreo cumplimiento de los compromisos de deuda externa, ha colocado el riesgo país en una posición muy ventajosa con respecto a posibles operaciones de endeudamiento externo. Sin embargo, se ha señalado el explosivo crecimiento de la deuda pública interna y la consiguiente carga fiscal que ésta acarrea, como una situación que puede comprometer en el mediano plazo la sostenibilidad fiscal.
Si bien las políticas públicas implementadas en los últimos años hacen énfasis en programas sociales orientados a cubrir necesidades de los pobres postergadas por décadas, se ha puesto en duda la sostenibilidad de este modelo. Por una parte, a pesar que desde la perspectiva del financiamiento del crecimiento económico, el elemento determinante es que el ahorro se genera y está disponible, el problema son los mecanismos de asignación y transmisión de ese ahorro al proceso de inversión. Por otra parte, a pesar del fuerte dinamismo mostrado por el PIB no petrolero, paradójicamente se ha venido deteriorando la base institucional que posibilitaría acciones de política económica generadas a partir de la participación y el consenso entre entes públicos y privados, trabajando de manera conjunta y armónica hacia una estrategia de crecimiento y desarrollo que sea compartida por la mayoría de los agentes económicos.
Ciertamente se observan en los ultimos meses, un espiral inflacionario, ciertamente determinado por el control de precios de los ultimos años y la aplicacion en el último año de el ITF, el cual determinó un efecto cascada. Ademas la reconversión monetaria en un periodo de alta liquidez y una oferta constreñida han resultado en un efecto redondeo devastador, lo cual sumado a planes poco realistas para el crecimiento de la oferta, nos sugieren ajustes macroeconómicos en el futuro cercano de indudable crudeza.

Notas
[1] El trabajo de Agenor et al. (1999) citado por Sáez (2006) que analiza las principales propiedades de los ciclos económicos en las economías emergentes presenta suficiente evidencia empírica para señalar que la volatilidad del producto varía considerablemente entre los países.
[2] En Venezuela, tomando como referencia el período 1999-2005 con valores a precios constantes de 1997 y a partir de cálculos propios se colige que el consumo privado se ha comportado en un rango que representa aproximadamente entre 55% (1999) y 63% (2005) del PIB. Véase los datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/
Bibliografía
Banco Central de Venezuela (BCV) 2006. Información Estadística. Disponible en: http://www.bcv.org.ve/
Baptista, Asdrúbal. 2000. Venezuela y su Sector Privado. Revista Gerente. Noviembre.
Baptista, Asdrúbal. 2000. Un buen número = una buena palabra. En “Venezuela Siglo XX visiones y testimonio”. Ediciones de la Fundación Polar.
CEPAL.1996. América Latina y el Caribe. Quince años después. FCE. México.
Haussman, Ricardo. 2006. El retraso económico venezolano: sus causas de fondo. Analítica Premium. No. 1. Disponible en: http://www.novedadesanalitica.com/documentos/Premium-Nro-1.pdf
Sáez, Francisco. 2006. Patrones cíclicos de la economía venezolana. En Sáez, F. y Pineda, J. (compiladores) “Crecimiento económico en Venezuela: bajo el signo del petróleo”. BCV. Caracas.
Thorp, Rosemary. 1998. Progreso, pobreza y exclusión. Una historia económica de América latina en el siglo XX. BID. Washington.
Velásquez, Efraín. 2001. El financiamiento del crecimiento en Venezuela. En “Condiciones y perspectivas del crecimiento económico en Venezuela. Foros BCV. No. 6. pp. 117-131.

domingo, 6 de enero de 2008

Bibliografia Recomendada- Economia 1er termino 2008

Esta es la bibliografia que deben revisar de manera obligatoria. Sin embargo yo por via web o email le haré llegar bibliografia para que preparen los diversos temas.

FISCHER, S.: DORNRUSH. R. y SCHMALENSEE. "Economía". Mc. Gravv Hill .199l.
SAMUElSON. P. y NORDIIAUS. \V. “Economia". España. .‘Mc. Gravv Hill 2002.
CIPOLLA, Carlos. “Entre la historia la economía’. Critíca. Barcelona. 1991
SILVA OTERO. Arístides. “Un marco teórico de la historia económica”. 1. CAI3. Caracas. 1996.
CHACHOLIADES. M. “Economía Internacional’. Editorial. Mc. Gravv Hill (Segunda Edición). Bogota, 1992.
KRUGMAN, P. y’ OBSTElFELD, M. “Economía Internacional. Teoría Política”. Editorial. Mc. Grass 1 hill. Bogota, 1993.MOCI ION (2004) “Introducción a la economía para turismo’ Mc. Gravs

Se recomiendan sobre todo los textos de Fisher y Samuelson, los cuales ciertamente estan disponibles en bibliotecas como por ejemplo la del BCV.

Contrato de Aprendizaje Curso Economia 1er Termino 2008

Las Clases se desarrollarán en una dinámica teorico-práctica, ser revisaran y discutiran en clase presencial el contenido teórico, y se desarrollaran casos para la mejor comprensión del estudiantes. Semanalmente los estudiantes realizarán actividades de presencialidad virtual, para completar el contenido de la materia. Para ello deben inscribirse(registrase) en el foro: http://unefaiembo.foroactivo.com/
Donde se asignaran trabajos obligatorios y se discutiran tópicos relacionados al contenido de la catedra.

La evaluación está pensada en cubrir los tópicos y valorar los aportes de los estudiantes participantes para tal fin se realizarán: Pruebas escritas, trabajos escritos, dinámicas en clase , exposición de asignaciones y evaluaciones orales.Las antedichas evaluaciones les serán participadas con anticipación a los estudiantes a los efectos de una adecuada preparación.

La asistencia a clase es obligatoria y por supuesto que completar las evaluaciones tambien lo es, por tanto se les pide a los estudiantes estar atentos a tales deberes, ya que el tiempo breve para el desarrollo del término conspira contra nuestros objetivos.

En este mismo blog se ha publicado El contenido de la catedra, como saben las actividades se inician el 07-01-2008 y concluyen el 08/04/2008, por tanto se les pide en este momento indagar sobre la bibliografia recomendada publicada en este blog.

curso de Economia 1er termino 2008

CONTENIDO DE LA MATERIA
1. LA CIENCIA ECONÓMICA Y SU FUNCIÓN COMO CIENCIA SOCIAL DE DESARROLLO DEL HOMBRE EN SOCIEDAD.Concepto de Ciencia Económica. El problema económico. Función de la economía. Venezuela en el marco latinoamericano: el problema del subdesarrollo y la dependencia. El subdesarrollo en el marco Latinoamericano. Elementos de comparación entre las economías latinoamericanas subdesarrolladas y economías desarrolladas, El estado en el desarrollo. Estructura económica tradicional al impacto petrolero. Formación y desarrollo de una agricultura de tipo capitalista. Modificaciones introducidas en la estructura económica con la incorporación del petróleo cuino recurso económico — político. Analizaran la formación y desarrollo de una agricultura de tipo capitalista. Componente de la estructura productiva venezolana la industria. Subdesarrollo en el marco 1 atinoamericano. Características que asume el capitalismo venezolano, en el marco de una crisis estructural a partir de la década de los 80. Características del capitalismo en Venezuela entre. 1.980 actualidad.
2. MÉTODOS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE LA CIENCIA EX GENERAL Y DE LA CIENCIA ECONOMICA EN PARTICULAR.Concepto método. Metodos de investigación: Analítico, sintético, dinámico, estático. macroeconómico. microeconómico. Procedimientos de cada uno. Aplicabilidad de cada método en la ciencia económica.3. NOCIONES FUNDAMENTALES DE LOS COMPONENTES BASICOS DE LA ECONOMIA.Definir los componentes de las Necesidades Humanas.
3. Bienes y Serv icios y Utilidad. Características y clasificaciones. Ley de la Utilidad Marginal Decreciente.
4.LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DEL PAÍS, MERCADO, CIRCUITOS, SISTEMAS, ESTRUCTURAS,ACTIVIDADES ECONÓMICAS.Estructura organizativa de la economía del país sus componentes. 1 os mercados, los circuitos, la actividadeseconómicas. Funcionamiento del sistema. tnterrelación cíe los distintos elementos de los componentes de la economíanacional y sus relaciones en el e’sterior.
5.ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO DE LA CONDUCTA DEL CONSUMIDOR.Plan económico de la unidad de consumo. El enfoque moderno de la conducta del consumidor. l.os métodos de laconducta del consumidor.6.FUNCIÓN Y APLICACIÓN DE LA TEORÍA DE LA DEMANDA.Teoría de la demanda. Factores de la demanda y’ sus consecuencias. Elasticidad de la demanda.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Caracterización de la Economía Venezolana

Este material aplica a la clase de economia de la UNEFA
CARACTERISTICAS DE LA ECONOMIA VENEZOLANA CON RESPECTO AL
ENTORNO DE AMERICA LATINA

El tamaño de la economía venezolana, de aproximadamente 135 mil millones de dólares en 2005, representa alrededor de un 5% del tamaño de la economía de América Latina y el Caribe (ALC), ésta con un PIB global de un poco más de 2 billones de dólares. La economía venezolana sólo está por detrás de México, cuyo PIB representa alrededor de 35% del PIB de ALC, de Brasil (30% del PIB de ALC) y de Argentina (7,5% del PIB de ALC), lo cual la sitúa junto con Chile y Colombia entre las seis economías de mayor tamaño de la región.
Venezuela es un país que hasta finales de los años setenta del siglo XX exhibió una entre mediana y alta tasa de crecimiento de su PIB. Si tomamos el período que comprende prácticamente todo el siglo XX (1900-96) comprobamos que la tasa anual de crecimiento de la economía venezolana se situó en alrededor de 5,9%, superior en casi dos puntos a la tasa registrada por las principales economías latinoamericanas (4,3%). Este relevante desempeño económico tuvo efectos positivos en la modernización del país, lo cual se reflejó en el incremento sostenido de: la tasa de urbanización, la dotación de infraestructura, en el mejoramiento de los indicadores de calidad de vida, como el incremento de la tasa de alfabetización, de la expectativa de vida y en el aumento del nivel de ingreso per cápita. Las tasas de crecimiento para diferentes periodos del Cuadro 1 corroboran lo dicho.
Este crecimiento consistente contrasta agudamente con lo que ha sido la evolución del PIB venezolano desde finales de la década de los setenta, caracterizado por su comportamiento irregular, signado por una alta volatilidad, lo cual refleja la pérdida de dinamismo económico y el agotamiento del modelo rentista petrolero sobre el que se ha sostenido la economía venezolana. Durante la llamada “década perdida” para América Latina (1980-1990) la tasa de crecimiento anual promedio del PIB venezolano fue negativa (-0,7%). Durante el quinquenio de 1990-1995 esta tasa experimentó un repunte de 2,8%, para luego volver a retroceder en el período 1995-2002 donde el PIB experimentó un crecimiento nulo (-0,1%) (Cuadro 2). Este errático desempeño representa la más alta volatilidad del crecimiento del PIB entre los países de la región. Venezuela exhibió una volatilidad de 5% durante el período 1981-1996, frente a 1,9% para el resto de Latinoamérica en el mismo período (Thorp, 1998) [1].
Cuadro 1. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos hasta 1981)


Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Cuadro 2. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos desde 1980)



Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Esta alta volatilidad en el desempeño del PIB está relacionada con la respuesta característica de los agentes ante los shocks externos, fundamentalmente los provocados en los términos de intercambio del petróleo. La conseja implícita en las recetas de los organismos multilaterales: financiar un shock transitorio, ajustarse a un shock permanente, no ha sido un modelo de política económica a seguir en Venezuela. Por esta razón, los necesarios ajustes del gasto ante la caída de los ingresos petroleros no se producen, éstos se han comportado de manera rígida a la baja, con el resultado de provocar los déficits fiscales que finalmente desembocan en devaluaciones y mayores tasas de inflación, fenómenos característicos de economías con alta volatilidad en el crecimiento de su PIB. Los booms de ingresos petroleros, por el contrario, han sido frecuentemente absorbidos como un ingreso permanente, posibilitando que se produzcan sobrevaluaciones recurrentes del tipo de cambio real, lo cual le ha restado competitividad a las exportaciones no petroleras y ha encarecido relativamente los bienes y servicios domésticos que no se comercializan internacionalmente. Por esta razón, la vinculación entre los efectos monetarios generados por los cambios en los ingresos petroleros y la economía real no necesariamente se han producido en la misma dirección. Como se colige del trabajo de Sáez (2006), aunque los precios petroleros han tenido efectos reales en la economía venezolana, los mecanismos de transmisión que actúan desde los términos de intercambio a la actividad económica han resultado relativamente complejos. Adicionalmente, este efecto perverso también se deja observar, como lo apunta Haussman (2006), en el hecho que, a contracorriente de lo que cabría esperar, la productividad por trabajador y el ingreso por habitante no aumentan significativamente en los periodos de auge. En la práctica, la recuperación económica de los tres últimos años se ha producido a la par de la continua caída relativa de la productividad laboral.
El período 1995-2002, con su tasa de crecimiento de -0,1% representa incluso una volatilidad más acentuada que para períodos previos; volatilidad que también se refleja en las tasas de crecimiento del PIB desde 1999 hasta el presente (Cuadro 3 y Gráfico 1). En lo que va del presente siglo, el PIB venezolano ha estado sometido a significativas fluctuaciones con fuertes caídas durante los años 2002 y 2003. A partir del año 2004 se observa una recuperación importante del producto, la cual se mantuvo durante 2005, apoyada fundamentalmente en el fuerte aumento del gasto público, amparado en la tendencia favorable que ha mostrado la evolución de los precios del petróleo y la positiva dinámica de la economía mundial, entre otras causas, por el importante crecimiento de economías emergentes como China y la India. De los aproximadamente 55.500 millones de dólares de exportaciones venezolanas en el 2005, cerca del 90% correspondieron a las exportaciones petroleras, lo cual no quiere decir que no se produjera también un incremento significativo de la actividad económica no petrolera privada, pero ésta se produjo sobre todo a partir de la utilización de la capacidad instalada que se mantenía ociosa, la cual ya ha alcanzado niveles cercanos al tope de la capacidad productiva. Todo indica que el crecimiento del PIB se mantendrá durante el año 2006, con estimaciones que oscilan entre 6,5 y 7,5%. Aunque un poco ralentizado con respecto al año anterior, este crecimiento seguirá la tendencia de depender fuertemente del incremento del gasto público corriente, aunque también se ha incrementado el componente de gasto público destinado a inversión.
Cuadro 3. Tasa de crecimiento del PIB 1999-2006. (A precios constantes de 1997)




Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)

Gráfico 1: Tasa anual de crecimiento del PIB 1999-2006
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006


El fluctuante desempeño del PIB venezolano durante el periodo 1995-2005 tiene varias causas de las cuales se mencionan tres relevantes:
1) Desde finales de los años ochenta la economía venezolana fue sometida a reformas mediante la implementación en 1989 de un programa de ajuste estructural. Este programa estaba alineado con las recomendaciones salidas del Consenso de Washington, involucrando entre otras medidas: liberación de los precios de los bienes y servicios, liberación del tipo de cambio, un programa de privatizaciones, una política de apertura comercial, reestructuración y modernización del sistema tributario y del sistema financiero. Sin embargo, la aceptabilidad de estas medidas como la estrategia adecuada dirigida a cambiar el modelo rentista petrolero no se correspondió con la instrumentación de políticas sociales efectivas, que paliaran sus previsibles efectos adversos, fundamentalmente sobre la población más pobre y, por ende, con menor capacidad para proteger sus ingresos reales. Con todo, programas como la apertura comercial significaron la posibilidad de lograr una mayor inserción internacional de los productos venezolanos, lo cual permitió dinamizar algunos sectores económicos privados, encontrando éstos nuevos mercados, reflejándose en el aumento sostenido de los flujos comerciales de bienes no petroleros, especialmente hacia Colombia y el resto de los países de la Comunidad Andina de Naciones.
2) Las políticas de ajuste no consiguieron anular la vulnerabilidad característica de la economía venezolana a los shocks externos, fundamentalmente los provocados por la caída de los ingresos petroleros. Las fluctuaciones del precio del petróleo de la segunda mitad de los años noventa demostraron una vez más la fuerte dependencia de la economía venezolana a éste. El desequilibrio entre gasto e ingreso se mantuvo dentro de un entorno signado por recurrentes sobrevaluaciones del tipo de cambio real, al utilizarse el anclaje cambiario como instrumento de control de la inflación, dificultando la inserción de la producción nacional no petrolera en los mercados internacionales. En este contexto, el programa de reformas sufrió reveses importantes, como la paralización del proceso de privatizaciones y el retraso en la implementación de las reformas en el sistema tributario y financiero, agravado en este último caso por la crisis bancaria del año 1994. Esta situación estuvo acompañada de la acentuación de la caída de la inversión doméstica, manifestada desde los años ochenta (Cuadro 4). En el caso de la inversión pública, su comportamiento fue relativamente estable durante las tres décadas previas a las reformas, situándose en torno a los diez puntos porcentuales con respecto al PIB. Pero, a partir de mediados de los noventa, la rigidez a la baja del gasto público en un escenario de menores ingresos se produjo en desmedro del gasto público en inversión, el cual experimentó, en términos reales, mermas significativas, sobre todo en sectores como infraestructura, la educación y la salud. Paradójicamente el ahorro bruto total, expresado como porcentaje del PIB, se ha situado de manera consistente por arriba de los requerimientos de inversión, lo cual explica, en parte, las recurrentes “fugas de capitales” características de la economía venezolana de las últimas dos décadas del siglo XX.
Cuadro 4. Ahorro privado e inversión privada (en % del PIB) Varios periodos.


Fuente: Velásquez (2001)
La caída de la inversión privada se reflejó, entre otros aspectos negativos, en un alto nivel de obsolescencia de las maquinarias y equipos utilizados (Baptista, 2000). Así, cuando se compara a Venezuela con Estados Unidos y Chile se tiene que la edad promedio en años de los equipos y máquinas utilizados para la producción en 1980 era de 5,35 y 5,95 años para estos países respectivamente, mientras que para Venezuela dicha cifra era de 4,89 años. Por el contrario, para 1999 la situación se había revertido; mientras el equipamiento norteamericano y chileno se reponía a tasas promedio de 5,01 y 4,54 años respectivamente, la edad promedio de los equipos y maquinarias en Venezuela representaba 8,19 años (Cuadro 5). No es de extrañar entonces que se haya producido igualmente una merma significativa en la productividad por trabajador del sector formal, agravado con la baja productividad exhibida por el empleo informal, en continuo ascenso desde comienzos de los años noventa.
Cuadro 5. Edad promedio en años de los equipos y maquinarias(Sector Privado de la economía)



Fuente: Baptista (2000)
Desde mediados de los años noventa se corrobora que el comportamiento de la inversión ha sido más errático que el del producto, la cual es de tres a cuatro veces superior a éste (Sáez, 2006). El Cuadro 6 presenta la variación porcentual anual de la inversión total desglosada en privada y pública, observándose la alta volatilidad de ambos componentes de la inversión. El Gráfico 2 muestra la relación entre el desempeño del producto, la inversión privada y la inversión pública para el período 1996-2002 a precios constantes de 1984. Efectivamente, la inversión tanto la privada como la pública han tenido un comportamiento más errático que el producto desde 1996. Ambas variables de inversión se relacionan, en el sentido que, dada la irreversibilidad de una parte de la inversión privada, que en Venezuela según Velásquez (2001) correspondería a aproximadamente un 50% de ésta, la incertidumbre asociada a la cuestión del financiamiento del gobierno alienta su comportamiento volátil.
Cuadro 6. Variación de la inversión total, privada y pública 1996-2002. A precios constantes de Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
Gráfico 2. Variación del PIB, la inversión privada y la inversión pública 1996-2002. A precios constantes de 1984

Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
3) Los primeros años de este siglo reflejan hasta ahora a una economía venezolana más dependiente del comportamiento del ingreso petrolero y, secundariamente, de la efectividad de la recaudación fiscal. La recuperación de la tasa de inversión, tal y como se observa en el Cuadro 6, sin discriminarla entre su componente público y privado, ha acusado el impacto de una mayor dinámica económica. Este escenario no ha implicado a priori el desplazamiento de inversión privada por inversión pública, pero tampoco se ha producido un proceso de efectiva retroalimentación entre ambos componentes de inversión, lo cual impulsaría aún más el crecimiento del producto. A pesar de la aparente existencia de un clima institucional desfavorable para la inversión privada doméstica, el aumento sostenido del consumo privado es un buen indicador de un entorno propicio para la realización de inversiones privadas. En efecto, esta es una variable que se comporta de manera procíclica, exhibiendo una dinámica de respuesta frente a la expansión económica de varios puntos porcentuales por encima de ésta, tal y como se observa en el Gráfico 3 para el período 1999-2005 [2].
Cuadro 6. Inversión como porcentaje del PIB 1999-2005A precios constantes de 1997


Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/). Cálculos propios.

Gráfico 3. Variación porcentual del Consumo privado y del PIB 1999-2005A precios constantes de 1997

Fuente: BCV (datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/)
Las expectativas para los próximos años parecen indicar que Venezuela se encamina hacia una economía más regulada en el nivel de las tasas de interés y el tipo de cambio, junto a un sistema de precios administrados para los rubros más sensibles en su impacto sobre la tasa de inflación. Aunado a ello, existe la percepción entre los inversionistas extranjeros que el clima para realizar inversiones en Venezuela está fuertemente influido por medidas de carácter unilateral que reflejan inseguridad jurídica y exceso de regulaciones para realizar dichas inversiones. Hay que tomar en cuenta, además, que la capacidad de absorción de gasto de la economía venezolana es limitada, por lo cual las presiones inflacionarias se convierten en una variable recurrente en épocas de boom de ingresos petroleros. La coordinación de política macroeconómica dirigida a sostener el necesario equilibrio fiscal y monetario se seguirá enfrentando al dilema de evitar la sobrevaluación del tipo de cambio real, que introduce un sesgo anticompetitivo a las mercancías exportables por la industria venezolana y encarece relativamente los bienes no transables, generando una matriz propicia para que se presente una espiral de alza de precios y salarios en desmedro del aumento del ingreso real.
En estos términos, la política económica del actual gobierno, a pesar que parte de postulados diferentes sobre el tipo de sistema económico que se persigue, fundamentado en una distribución más equitativa de las oportunidades y del ingreso, parece responder en cuanto a su acción sobre la actividad económica a orientaciones cuyos resultados fueron característicos de los obtenidos por gobiernos de las tres últimas décadas del siglo XX. Por esta razón, se estaría frente a un escenario similar a lo ocurrido en las décadas de los setenta, ochenta y noventa respecto a los cambios en el crecimiento del producto, la evolución del tipo de cambio real y la inflación, los cuales revelan un patrón característico donde las autoridades no tienen un compromiso con una estrategia de mediano plazo. De allí que, según Velásquez (2001), no resulte infrecuente una política permisiva de la sobrevaluación del tipo de cambio por períodos muy largos, lo cual prefigura un escenario donde en algún momento sobrevendrá, inevitablemente, una gran crisis, una gran devaluación y un doloroso y complejo proceso de ajuste.
Ahora bien, para que se vuelva a cumplir este escenario recurrente de la economía venezolana, la prospectiva para los precios del petróleo en los próximos años tendrá que reducirse sustancialmente a la baja. De ocurrir lo contrario y mantenerse el actual nivel de precios, aún bajo un escenario de producción petrolera por debajo del tope establecido para Venezuela por la OPEP, el margen de maniobra para lograr sostenibilidad fiscal del gobierno probablemente seguirá siendo amplio. En principio la medida de adoptar un régimen de control del tipo de cambio desde el año 2003, dificultando la salida masiva de capitales, no ha estado reñida con el compromiso de corregir periódicamente su sobre valuación. Por otra parte, el incremento sostenido de las reservas internacionales, aunado al férreo cumplimiento de los compromisos de deuda externa, ha colocado el riesgo país en una posición muy ventajosa con respecto a posibles operaciones de endeudamiento externo. Sin embargo, se ha señalado el explosivo crecimiento de la deuda pública interna y la consiguiente carga fiscal que ésta acarrea, como una situación que puede comprometer en el mediano plazo la sostenibilidad fiscal.
Si bien las políticas públicas implementadas en los últimos años hacen énfasis en programas sociales orientados a cubrir necesidades de los pobres postergadas por décadas, se ha puesto en duda la sostenibilidad de este modelo. Por una parte, a pesar que desde la perspectiva del financiamiento del crecimiento económico, el elemento determinante es que el ahorro se genera y está disponible, el problema son los mecanismos de asignación y transmisión de ese ahorro al proceso de inversión. Por otra parte, a pesar del fuerte dinamismo mostrado por el PIB no petrolero, paradójicamente se ha venido deteriorando la base institucional que posibilitaría acciones de política económica generadas a partir de la participación y el consenso entre entes públicos y privados, trabajando de manera conjunta y armónica hacia una estrategia de crecimiento y desarrollo que sea compartida por la mayoría de los agentes económicos.
Ciertamente se observan en los ultimos meses, un espiral inflacionario, ciertamente determinado por el control de precios de los ultimos años y la aplicacion en el último año de el ITF, el cual determinó un efecto cascada. Ademas la reconversión monetaria en un periodo de alta liquidez y una oferta constreñida han resultado en un efecto redondeo devastador, lo cual sumado a planes poco realistas para el crecimiento de la oferta, nos sugieren ajustes macroeconómicos en el futuro cercano de indudable crudeza.

Notas
[1] El trabajo de Agenor et al. (1999) citado por Sáez (2006) que analiza las principales propiedades de los ciclos económicos en las economías emergentes presenta suficiente evidencia empírica para señalar que la volatilidad del producto varía considerablemente entre los países.
[2] En Venezuela, tomando como referencia el período 1999-2005 con valores a precios constantes de 1997 y a partir de cálculos propios se colige que el consumo privado se ha comportado en un rango que representa aproximadamente entre 55% (1999) y 63% (2005) del PIB. Véase los datos disponibles en: http://www.bcv.org.ve/
Bibliografía
Banco Central de Venezuela (BCV) 2006. Información Estadística. Disponible en: http://www.bcv.org.ve/
Baptista, Asdrúbal. 2000. Venezuela y su Sector Privado. Revista Gerente. Noviembre.
Baptista, Asdrúbal. 2000. Un buen número = una buena palabra. En “Venezuela Siglo XX visiones y testimonio”. Ediciones de la Fundación Polar.
CEPAL.1996. América Latina y el Caribe. Quince años después. FCE. México.
Haussman, Ricardo. 2006. El retraso económico venezolano: sus causas de fondo. Analítica Premium. No. 1. Disponible en: http://www.novedadesanalitica.com/documentos/Premium-Nro-1.pdf
Sáez, Francisco. 2006. Patrones cíclicos de la economía venezolana. En Sáez, F. y Pineda, J. (compiladores) “Crecimiento económico en Venezuela: bajo el signo del petróleo”. BCV. Caracas.
Thorp, Rosemary. 1998. Progreso, pobreza y exclusión. Una historia económica de América latina en el siglo XX. BID. Washington.
Velásquez, Efraín. 2001. El financiamiento del crecimiento en Venezuela. En “Condiciones y perspectivas del crecimiento económico en Venezuela. Foros BCV. No. 6. pp. 117-131.